Una sala blanca es un entorno controlado en el que se limita la contaminación de partículas, como polvo, bacterias y virus, para garantizar la integridad de productos sensibles, como dispositivos electrónicos, productos farmacéuticos, alimentos y productos médicos. Estas salas suelen estar equipadas con sistemas de filtración de aire de alta eficiencia, monitoreo de partículas, sistemas de control de temperatura y humedad, estrictas normas de limpieza y protocolos de vestimenta para el personal.
Las salas blancas se clasifican de acuerdo con la cantidad de partículas permitidas por metro cúbico de aire, según las normas internacionales como la norma ISO 14644. Por ejemplo, una sala limpia Clase 100 permite un máximo de 100 partículas de 0,5 micras por metro cúbico de aire, mientras que una sala limpia Clase 10,000 permite hasta 10,000 partículas por metro cúbico.
Estas salas se utilizan en una variedad de industrias, como la electrónica, la biotecnología, la farmacéutica, la aeroespacial y la fabricación de dispositivos médicos, donde la contaminación puede afectar la calidad y la seguridad de los productos. La certificación y el mantenimiento adecuado de las salas limpias son fundamentales para garantizar su eficacia en la prevención de la contaminación.
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